Antes de depilar
Exfoliar bien
Usar un exfoliante corporal para eliminar las células muertas, grasa, aceites, restos de cosméticos y cremas. Esta limpieza prepara la piel y permite que la cera se agarre bien al pelo.
Abrir los poros
Hay varias formas de lograr que los poros se abran, el método más efectivo es calor e hidratación. El objetivo es lograr una temperatura suave, cálida, que genere relajación y que abra los poros de la piel, pero que no genere demasiado sudor.
Puedes poner toallas húmedas y calientes en la zona a depilar durante unos 30 segundos. En este sentido, un calentador de toallas, además de calientes, también te permitirá tenerlas esterilizadas.
También se puede usar un vaporizador: simplemente dirigir el chorro de vapor hacia la zona a depilar. Además, si el vaporizador tiene esenciero, se puede conseguir un ambiente más agradable gracias a los aromas que desprende.
En cualquier caso, antes de proceder a aplicar la cera, es necesario secar bien la zona para eliminar cualquier humedad.
El tamaño del pelo debe ser el adecuado
Para depilación a la cera, el tamaño del pelo debe ser el suficiente para que la cera pueda adherirse efectivamente y arrancarlo de raíz, entre 3 y 5 mm (más o menos lo que crece en unas 3-4 semanas).
Si es mayor de 5 mm, al tirar puede que no sea arrancado por la cera o puede que se parta. Esto hace necesario volver a aplicar más cera y alargar la sesión de depilación. Por eso se aconseja cortarlo hasta dejarlo en el tamaño adecuando.
Depilarse en el momento adecuado
En el caso de las mujeres, a causa de los cambios hormonales por la menstruación, la depilación de determinadas zonas como el bikini puede ser más dolorosa porque la piel estará más sensible. Por tanto, es mejor evitar la depilación durante los dos días antes y los dos días después del periodo.
Durante la depilación
Crear ambiente agradable y seguro
Muchas veces las sensaciones que sentimos son auto inducidas y las podemos controlar hasta cierto punto. Por eso es muy importante crear un buen ambiente que invite a la relajación. Esto se consigue con una decoración armoniosa, una música relajante, tener velas aromáticas… pero también gracias a las habilidades de la esteticista para hacer sentir cómodo/a a su cliente.
Una buena forma de empezar una sesión de depilación es realizar un breve masaje relajante.
Si la persona es primeriza, también conviene explicar en qué consistirá la depilación, siempre de forma positiva, centrándose en los beneficios que se conseguirán y no tanto en lo doloroso que pueda resultar (aunque tampoco hay que omitir este dato). Se trata de generar confianza.
La habitación donde se va a realizar la depilación debe ser privada, que permita al cliente o clienta estar tranquilo/a y con seguridad en sí mismo/a. Al fin y al cabo, probablemente va a mostrar una zona íntima de su cuerpo.
En la cabina de depilación debe circular el aire suficientemente, pero no hay que evitar las corrientes de aire, sobre todo en invierno. Tu clienta/e va a tener zonas del cuerpo expuestas y si siente frío, además de ser incómodo, se cerrarán los poros y será más difícil realizar la depilación.
Otra buena idea puede ser hablar con la clienta, para distraer su atención de la propia depilación. Hay clientas que no se sienten cómodas o prefieren no hablar. En ese caso, es mejor ofrecer revistas para leer o incluso tener una televisión para que puedan distraerse.
Talco para reducir la fricción
Algunas esteticistas usan este pequeño truco para proteger la piel al depilar. Justo antes de aplicar la cera, espolvorean un poco de polvos de talco sobre la piel. Los polvos absorberán el exceso de humedad y permitirán que la cera se adhiera mejor al pelo y no tanto a la piel.
